PABLO CASSI

 

 

BIOGRAFÍA

 

Pablo Cassi, nació en la comuna de Putaendo, Chile en 1951.

Es editor y director del periódico, Gaceta Municipal y Asesor Cultural de la I.

Municipalidad de San Felipe, desde 1980 a la fecha.

 

Ha publicado los poemarios: “Para un Peregrino Distante” (1978); “Poemas para un Niño con Sonrisa de

Primavera” (1983); “Intimo Desorden” (1985); “Secreta Convicción” (1987) e “Intimo Desorden (1989).

En el género cuento ha publicado los volúmenes “Cuando se Aproximan los Sábados y otros Cuentos” (1981)

y “La Espantosa Virginidad de las Feas y otras Historias “1985”.

 

En reconocimiento a su labor ha recibido 20 distinciones tanto a nivel nacional

como internacional, destacándose las obtenidas en España, Argentina, Guatemala,

Paraguay, México y Chile.

 

En 1985 obtiene el Premio Municipal de Poesía Ciudad de Santiago,

Chile, por su libro “Intimo Desorden”. Parte de su obra ha sido traducida y publicada

en revistas y antologías de Estados Unidos, Francia, Alemania, Italia, Suiza y Portugal.

Otros antecedentes literarios se encuentran consignados en su página:

 

web de Pablo Cassi

 

 

TU SONRISA


Cada noche tu mirada es un anhelo diferente,
te desnudas a conciencia con mis besos
y en mi cuerpo tejes un traje de deseos.

Estos versos son todo cuanto tengo
a la hora de soñar contigo,
mi pequeña historia que se instala en tu oído
la memoria se equilibra en un viaje hacia el recuerdo.

Tradúceme el secreto lenguaje de tu mirada
el rito unánime donde se ajustan los labios
y las palabras cumplen lo que prometen
darme la hermosura de una sonrisa.

Atravieso nuevamente el mismo pueblo,
recojo la tristeza de tus ojos quebrados

el vuelo indiferente de algunas palabras.

Tú eres bella como las mujeres que el poeta conoce
en el ejercicio de sus primeros versos.

 


 

PRÓFUGO DE TI


No imagino mis próximos días sin tu existencia.

La luna ingresa por una hendija
es la única señal de la noche.

Aparece la sombra y las hojas callan un secreto.

Puedo descifrar cada palabra en tus labios
ese antifaz que esconde tu tristeza.

La muerte se pasea por una calle padeciendo de vida,
lejano a mí...
nada fue como dice el insomnio
en su presagio de rumores.

Prófugo desaparezco en una copa vacía
y pregunto si aún me esperas
cuando despierte de este sueño.

 

 

DÉJAME ENFURECER TUS DESEOS

 

Labios que sin ostentar sensualidad
susurran mi nombre desde el otro lado de la ventana.

La observo tras el cristal,
la desnudo con el mismo deseo
de aquellos amores que surgen espontáneos.

¿En qué primavera te graduaste de ilusión,
qué árbol te cobija en un bosque impensado?.

Déjame arrinconarte en un pasillo
de esta casa,
enfurecer tus deseos con la química de un beso
y embriagarnos simultáneamente de este instante.

Sé que me recuerdas en una orilla de tus labios
en la tristeza ocasional que deshoja una sílaba,
en el difuso aroma de una alameda en la madrugada.

No será fácil que me olvides
mientras mis lágrimas horaden la quietud de tus días.

 

 

ELLA CONTINÚA OLVIDÁNDOME


Una canción antigua suspira por la orilla
y sólo por la orilla recorro nuestra historia

Caí en la trampa de sus labios.

Hubo enormes razones para perderme
no obstante se me antoja su boca,
desnudarla cada día con un poema distinto.

Ella en mi ausencia continúa olvidándome,
construye su propia historia
y mi vida empieza con una herida en los labios.

La conocí para perderla,
el olvido también está lleno de memoria,
el tiempo deja siempre una huella.

Los mejores instantes no pertenecen a este mundo.

 

 


PROPIETARIA DE ESTA CALLE

(Aquella lluvia de Lisboa aún moja mi corazón)

 

Cierra la puerta desde adentro
y por la ventana del décimo piso
arroja sus recuerdos.

Propietaria de esta calle
tiene un rumor a silabario de antigua escuela pública,
empieza por el ojo y termina ciega.

Heredera de la tarde trae la invención de su mirada,
despeinar la calma que la habita.

Es cierto que la amo con el mismo enigma de un secreto
le susurro un cambio de vestido en mitad de la vía pública
acariciarla de improviso en el horizonte de una playa
cerca de un lugar que resulte conocido,
un recuerdo que no pueda emigrar a otro sueño.

La belleza transitoria de la vida
como la vida misma es pasajera.


 

CIUDADANO OCASIONAL


Admito hace tiempo
que una ausencia viene anunciándose a sí misma,
gestos de mínimo romanticismo
en la unanimidad de las pupilas.

Me abandono a la emoción de sentirme solo,
ávido de distancias y nuevas ciudades.

Si pudiera sorprenderme
con la mirada de otros ojos
declararme neutral o simplemente un ciudadano ocasional,
no indagaría su nombre en los libros de Joaquín De Montezuma
en las flores que no han perdido sus pétalos después del otoño.

Esa noche estaba resuelto,
no habría para nosotros esa versión inteligente de los amantes.

 


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