MARCELO D. FERRER

f

"Amanecer" de Natalia Arandes

CINCO POEMAS

 

MÚSICA

Música de letargos agnósticos.
No existe el entorno.
Hay virtualidades deambulando el éter,
fantasmas que penetran el sólido.
Música...
al garete sobre oleajes impetuosos.
Caricia de toques sonoros
en el impreciso reverso del cosmos.
Y lo profundo se adereza
de sabores misteriosos;
son las musas que pueblan el entorno.
…si cierro los ojos,
bambolea la música mis despojos.
Desando sobre el pentagrama
la lógica predecible del tiempo.
Serena la música...
el caudaloso río de todo enojo.

 

PARA VOS, PARA MÍ

En el limbo de las estrellas,
bajo la mirada de los planetas,
pare la tierra sobre manto carmesí:
verdes insulares, azules mares,
copos de algodón sobre paredes marrón;
y profusos valles de gran verdor.
El amarillo le hace una mueca
a la opacidad del violeta;
y la roja marea que su entraña excreta
vitaliza a borbotones la naturaleza,
que tan prodigiosa como coqueta,
pone a los paisajes tremenda tibieza.
Hay un gris de luna
que pende en el cielo como pluma.
Flota a lontananza del ocaso;
donde gusta pastar Pegaso.
Ilumina la tertulia del mar y la bruma,
o silente arrulla a un ángel en la cuna.
El verde de los olivares,
amarillo como los membrillos,
el marrón de los murales...
o grises, como los pozos lunares.
Blanco como los conejillos,
o carmesí, como los rosedales...
Pare la tierra bajo las estrellas
en el limbo de los cometas,
un manto de prodigiosa belleza...
Para vos, para mí...
y nuestra descendencia.

 

CONSPIRACIÓN SIN MALEFICIO

Clareará el cielo el lucero,
cerrará sus párpados el sol;
murmurarán las estrellas allá
la romanza de amantes acá.
Templarán violines los grillos
y alondras canturrearán al son;
la noche —conspiradora sin maleficio—
hilvana rocío de nuestro sudor.
Hay brisa de estío,
bate sus alas un ruiseñor;
ágata traslúcida tu mirada
que en la noche esparce candor.
Crisálida de ensoñación,
metamorfosis de dos;
hostiga piel y manos
el susurro de nuestra voz.
Tus labios prohíjan mis besos
carnosas bayas de seda son;
universos de almendra
bajo una luna trozada por el sol.
Hechizo impregnado de gnosis,
profusa ingesta de amor;
es Morfeo desvelando sueños
hermoseados de azul soñador.

 

UN SUEÑO

Peinaste el amarillo-plata de tus primaveras
y ensayó tu reflejo sonrisa vivaz.
En tu hombro bambolea estuche de promesas,
una postal que será...
o un sueño, tal vez, uno más.
De las flores remolina pétalos tu pasar
y un colibrí en vuelo reverso
persigue la fresa de tus belfos
que saben a manjar.
Te sigue... detrás,
la brisa del caminante que va,
con ilusión... de un amor
para siempre jamás.
Los que pudieron ser
modelaron la arcilla para este artista final;
tu alma cautiva ¡al fin!
Cautivada y lisa...
por el arte de amar.
Ronda el ansia-angustia
de que un sueño no sea sueño nada más;
que sus brazos de nido cálido esperan,
desde siempre,
tu llegar.

 

ELLA

La armonía irreverente que sólo lo bello de verdad tiene
estaba ahí, entre la gente, sonriendo diferente...
Siempre me sorprende cuando la veo
entre la gente y de la nada se aparece..
Y del modo sublime en que la luz pinta colores
en lo tenue de un amanecer en calma;
o la agonía de una tarde imprime
en el celeste cielo diminutos agujeros...
ella, con sólo una pizca de ella,
da presencia a mis vacíos de ausencia
y enciende luceros que guían mi alma
hasta su alma bella.
Habrá miles que se le asemejan...
me digo sorprendido cuando la miro ahí...
entre toda esa gente que me resulta indiferente.
Pero si ella un día por razones que dios no quiera
no apareciera,
los amaneceres perderían sus colores
si ya no pudiera amanecer con ella...
Y las tardes...,
las tardes dejarían que las noches
se sorprendieran sin estrella

 

Marcelo D. Ferrer